La ciudad holandesa de Rotterdam podría ser la primera en el mundo en tener carreteras hechas de plástico reciclado con residuos recogidos en los océanos.
La idea es construir paneles modulares de plástico que se acoplan entre sí, desmontables según necesidades, con fácil acceso para reparaciones y un espacio hueco para infraestructuras básicas.
Esta propuesta ecológica no solo es buena porque usa residuos plásticos de los océanos y los convierte en algo útil, también porque sustituye el asfalto tradicional. La producción de asfalto supone 1,6 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, o el 2 % de todas las emisiones del transporte por carretera.
Las carreteras de tendrían un diseño de traba a presión fácil, al igual que los Legos, que podría ser de fácil acceso para las reparaciones.
Las carreteras también podrían trasladarse a diferentes lugares, una innovación sin precedentes que es especialmente ideal para casi todo tipo de terrenos.
Dentro de los ladrillos prefabricados habría un espacio hueco, para la creación de infraestructura de fácil acceso, electricidad, teléfono o cualquier otro tipo de suministro que lo necesite. Si bien el proyecto aún está en fase de desarrollo, es reconfortante saber se están pensando en enfoques creativos para abordar soluciones a la destrucción ambiental y reciclar los desechos marinos